
¿Van Gogh estaba obsesionado con el color amarillo?
El amarillo es un color muy presente en las pinturas de Van Gogh, que es al mismo tiempo parte de lo que caracteriza sus obras, de hecho, el mismo llegó a decir frases del amarillo como:
Hay un sol, una luz que a falta de otra palabra solo puedo llamar amarillo, amarillo azufre pálido, limón dorado pálido ¡Qué bonito es el amarillo! – Frase de Vincent van Gogh.
Pero cuando se habla del amarillo y Vincent van Gogh, surge algunos mitos que es importante aclarar con datos que aporta la BBC sobre el tema.
¿Por qué usaba tanto el amarillo?
Además del color azul, el amarillo se hace notar en sus obras, y a pesar de que el tono amarillo ha cambiado con el tiempo de las pinturas que se conservan de este gran pintor, en su mejor momento destellaba un brillo único que solo el amarillo puede reflejar.
Algunas de esas obras son Los Girasoles, Trigal con cuervos, Terraza de café por la noche, El café de noche, La habitación de Vincent en Arles y Campos de trigo.

Sin embargo, su predilección y amor aparente por el color amarillo no tienen que ver con los significados de este, sino con otros aspectos interesantes.
En aquel tiempo, durante el siglo XIX, se desarrolló un nuevo pigmento denominado como amarillo de cromo, el cual empezó a usar cada vez más, aunque se dice que no solo para sus obras, ya que existe un mito que señala a Van Gogh como una persona que comía pintura amarilla.
No comía pintura amarilla
Mucho se habla de la salud mental de Vincent van Gogh, sobre la cual existen diversas especulaciones basadas en sus cartas, pinturas, entre otros, más todavía por el misterio de su muerte, pues no se sabe si lo asesinaron o si él se quitó la vida.
No obstante, es posible que a lo largo de su vida sufriera de muchos momentos depresivos, por ello su doctor Paul Gachet, le sugirió el uso de la planta de Digitalis purpurea, que tenía la función de ayudar ante algunas patologías, como crisis maniacodepresivas.

Desafortunadamente, algunos pacientes que la consumían en exceso desarrollaban xantopsia, una patología que influía en la percepción de los colores. Es así como Vincent observaba su alrededor con una especie de filtro amarillento, que era provocado por su medicina.
Se deduce que la xantopsia de Vincent fue leve, por el uso de otros colores en las pinturas, desmintiendo esta información el mito de que Van Gogh comía pintura amarilla, pues el uso del amarillo tiene sus razones, y no es por qué estuviera obsesionado con sus tonalidades.
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